
La Tijera
PRESENTA:
“LOS BOSQUES DE NYX”
DE JAVIER TOMEO
DIRECCION LUIS CARLOS VASQUEZ
Crítica de William Venegas
"En la mitología griega, Nix era la diosa de la noche. Ahora Luis Carlos Vásquez retoma conceptos mitológicos y los suma al presente histórico para darnos una exquisita puesta en escena de la obra Los bosques de Nix, del español Javier Tomeo. El texto se concentra en un 'discurso' en contra de las guerras, con alta valoración de las mujeres como portadoras de paz, aún en sus contradicciones. De manera elegante, con fino dominio del espacio, del arte coral y del ritmo dramático/poético, Vásquez se vale de 11 actrices y un actor para configurar la puesta dramática, hacerla agradable al espectador y seducirlo de manera creativa. Se trata de la segunda temporada de esta obra, muy mejorada, donde las actrices asumen el reto con ahínco, con la contundente presencia de la actriz Roxana Campos. Es difícil detallar, pero me resultansingulares los trabajos de Tatiana Chaves, Sharon Cavallini y Alicia Riba. Es teatro valioso, con música espléndida y adecuada. Grupo La Tijera, Teatro Variedades."
Los Bosques de Nyx del español Javier Tomeo, Dirección Luis Calos Vásquez, se trata de un estreno a nivel latinoamericano ya que será la primera que se presente una obra de este autor en el continente. La obra trata sobre la guerra, el teatro griego, la paz, la libertad de las mujeres, el erotismo. En otras palabras 11 heroínas del teatro griego salen de la oscuridad de Nyx para buscar la paz.
El grupo de teatro ganó el año pasado el concurso Programa Nacional para el Desarrollo de las Artes Escénicas: PRO – ARTES del Teatro Popular Melico Salazar / Ministerio de Cultura.
El reparto de la obra estuvo compuesto por:
Mensajero Andy Gamboa
Hécuba Roxana Campos (Actriz Emerita invitada)
Lisistrata Tatiana Chaves
Casandra Marilyn Córdoba
Clitemnestra Hanna Fou
Helena Sharon Caballini
Andrómaca Priscilla Gutierrez
Penélope Karla Calderón
Electra Larissa Granda
Mirrina Xinia Rojas
Calonice Jenifer Monge
Ifigenia Alicia Riba
Créditos:
Diseño de Vestuario Luis Carlos Vásquez
Compositor Musical Stephen Wake y Estudios Centro Acústica.
Diseño de Luces Emilio Aguilar/Erick Varela
Asistente de Dirección Francisco Alpízar
Productora Ejecutiva Marilyn Córdoba
Productor Ejecutivo Andy Gamboa
Diseño de Programa de mano Roberth Castillo
Diseño de Afiche y Flayers Roberth Castillo
Fotografía para Spot y Afiche Alexander Murillo
Realización de Spot Publicitario Surrealista Producciones
Dirección Plástica y Dirección Luis Carlos Vásquez
Biografía de Javier Tomeo
Javier Tomeo nació en la localidad oscense de Quicena (Huesca) en 1932, se licenció en Derecho y Criminología en la Universidad de Barcelona.
Escritor de acusada originalidad, Tomeo concibe los modos narrativos de forma experimental y muy personal. Sus ficciones parten siempre de situaciones extremas que van desarrollándose, en un proceso que busca subrayar los absurdos de la realidad cotidiana y la incoherencia de la organización social. Su visión de la condición humana es, pues, dramática y existencial, pero también muy lírica y humorística.
A MODO DE PROLOGO DE JAVIER TOMEO
La historia que se explica en Los Bosques de Nyx, construida con los personajes de Esquilo, Sófocles, Eurípides, Meneandro y Homero, no es complicada: Doce Heroínas, doce mujeres que perdieron a sus seres amados en la Guerra de Troya – sobreviven fuera del espacio y del tiempo. Ninguna de esas mujeres, sin embargo, quiere renunciar a sus tristes recuerdos. Que el olvido no llegue jamás a nuestros corazones, suspiran. Saben que olvidar significa tanto como renunciar definitivamente a todos aquellos a quienes una vez amamos y no están dispuestas a hacerlo.
Recordemos y recordémonos unas a las otras todo lo que esto nos sucedió durante aquellos terribles días (se vienen a decir). No importa que nuestros corazones se hayan convertido en inmensas necrópolis. Cerremos los ojos con fuerza y recordemos, porque tal vez recordando consigamos el milagro de devolver la vida a todos los que una vez fueron nuestros.
En esta historia, por tanto, los suspiros no son aire que vayan al aire, ni las lágrimas agua que vayan al mar. El poeta compuso esos versos pensando seguramente en otras historias. Aquí las mujeres viven en su espacio mágico amasando desesperadamente sus penas y tratando de recuperar las lágrimas perdidas.
Un día penetra en el bosque el Mensajero. Procedente de una nueva guerra y propone a las mujeres que regresen con él al mundo de los vivos. La misión de las doce heroínas no es fácil. Habrán de ser ellas quienes, alzándose sobre sus recuerdos y aureoladas por sus respectivas tristezas, se ofrezcan a los nuevos combatientes como símbolo del dolor que nunca se extingue. Habrán de ser ellas, en definitiva, quienes convenzan a los guerreros del hogaño para que abandonen las armas y regrese definitivamente la paz.
El empeño no es sencillo, pero las mujeres saben (aunque ninguna lo confiese) que sólo si lo consiguen podrán encontrar por fin justificación sus viejas penas y, sobre todo, la muerte de todos los guerreros que ellas amaron un día sin más límites que los que señaló la entidad de sus almas inmortales.
Para escribir esta obra, que inauguró la XL Edición de Teatro Clásico de Mérida, cometí la osadía literaria que supone arrancar a las protagonistas de sus respectivos contextos literarios para hacerlas coincidir en un espacio y tiempo común. Incurrí incluso en el anacronismo que supone recurrir a la humanísima Lisístrata y a sus amigas Calónice, Mirrina y Lampitó, muy posteriores a la guerra de Troya.
Que Dios me perdone, pues, por ello y, sobre todo, por el atrevimiento que supone también poner nuevas palabras en los labios de personajes tan egregios como Hécuba, Helena, Lisístrata, Casandra, Clitemnestra, Andrómaca, Penélope, Electra, Calónice, Lampitó, Mirrina e Ifigenia. La verdad es que ninguna de ellas me necesitaba para conservar intacta su inmortalidad. Me queda sin embargo el consuelo de suponer que ellas, desde sus altísimos palacios, ni siquiera hayan advertido mis humildes manipulaciones, llenas, eso sí, de buenos deseos y de respeto por Esquilo, Sófocles, Eurípides y Meneandro.
NOTAS DEL DIRECTOR LUIS CARLOS VASQUEZ:
Mi visión comenzó una noche en que pesqué viendo televisión, la última parte de un montaje en el cual los personajes femeninos en su mayoría pertenecían al Teatro Griego. Cuando terminó en la carrera últimos créditos creí leer los Bosques de Onx y de ese modo me puse a buscar la obra. Mandé correos a librerías de teatro en España, pero nadie conocía los Bosques de Nyx. Finalmente enviamos a un amigo a la librería de Teatro de Madrid, y le dijeron, “ lo que usted busca son los “Bosques de Nyx” después de dos años de búsqueda por el texto, todo terminó con éxito. Tenía la obra en las manos, la leí con mucha frialdad, como suelo acercarme al texto. Encontrándome por supuesto que no estaba ante una obra escrita por los caminos tradicionales de lo conocemos como obra de teatro y eso no dejó de entusiasmarme, no sería la primera vez que se le meteré el diente a ese tipo de material, es decir no le temo pues siempre ofrecen un riesgo, para que el espectador no quite el ojo del escenario y se deleite ante el modo en que está hecha la puesta, que incluye por supuesto el maravilloso trabajo de los actores, ya que sin ello, yo no podría contar nada.
Después de dos años de búsqueda, no podía permitir que el texto se me fuera de las manos. Que toda masturbación mental, que todas las elucubraciones, sueños constantes con campos de arena y piedra minados, de mujeres huyendo por las carreteras de la antigua Yugoslavia, con sus pañuelitos cubriendo sus cabezas y llevando consigo un atado de pocas pertenencias con la premura que produce la persecución de la muerte, se diluyera en mi cabeza y se quedara en nada. No podía en la constante de mis pesadillas con esas pobres mujeres, defraudarlas, porque después aparecen también, mujeres kurdas, mujeres de Colombia, mujeres de Guatemala, mujeres de Chile, Argentina, Brasil, África profunda, hasta que el cuadro se manchó de sangre roja. No podía abandonarlas había que hablar de ello por medio de una obra. Para poder después pensar en un campo florido, lleno con la misteriosa luz de la vida, ahí están todas las mujeres vivas, cual flores frescas, engalanadas de rojo y al tocar sus pétalos nuestros dedos se mancharían de rojo para que al mirarlos recordemos que siempre es mejor la paz.
El campo de arena minado será el espacio en que la puesta en escena de “Los Bosques de Nyx” se hará. Las piedras, tal vez algunas ruinas, todo visto desde el gigantesco agujero que ha producido un cohete poderoso. Es el espectador viento a través de ese inmenso hueco, típico de las ciudades bombardeadas sin piedad. Hay elementos que nos traen a nuestra historia diaria, al hoy.
Estará la constancia del mundo del mar, el atardecer con su niebla, las noches es decir Nyx, las explosiones, las carreras el grito, las manos crispadas. Allí estarán ellas, como en una danza dramática, cual símbolos, cual metáforas. Y solo un hombre que desea que lo acompañen por los nuevos campos de batalla para hacerlas recordar y que sientan como las guerras las ha dejado a solas, muriendo en esa noche profunda, en esa oscuridad ilimitada.
Mi puesta en escena es un canto por las mujeres y su libertad, sí, un canto danzando por la vida. Quiero que los colores recobren su significado de antaño, la púrpura de los caracoles de Creta para la soberanía, el rojo para la pasión, el negro para las ancianas, el verde de la esperanza para la que espera, lo ocres para la que se queda cuidando los rebaños, el negro para la que amó tanto a sus padres. Los colores estarán deshechos, al salitre del mar los ha carcomido, el vagar por Nyx, los ha convertido casi en fúnebres.
Ellas sabrán recuperar su dignidad, ellas despertarán, partirán, repito cantando, cantando, cantando…
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