18
ago 2009

A continuación las "Notas de dirección" para el montaje de la obra, Los Bosques de Nyx del español Javier Tomeo, se trata de un estreno a nivel latinoamericano ya que será la primera que se presente una obra de este autor en el continente. La obra trata sobre la guerra, el teatro griego, la paz, la libertad de las mujeres, el erotismo. En otras palabras 11 heroínas del teatro griego salen de la oscuridad de Nyx para buscar la paz.
El estreno será el 18 de setiembre del 2009 en el Teatro Variedades, San José, Costa Rica. Este esfuerzo será posible gracias al premio PROARTES.
Canto I
El Mar
Y está el mar que produce el sonido del infinito. Está un corazón que palpita, están los arrecifes, y las olas violentas que se estrellan contra ellos, como el más violento de los amores, pues a veces es apacible, tibio como el vientre de mi madre. Sin el mar, sin ese paisaje a veces misterioso, a veces borracho de tanta luz, sin los fósiles, sin los peces de fósforo, sin los atardeceres de ópalo, sin los amaneceres de rosa azulados, sin el canto de las sirenas, sin los cabellos verdes del niño pez, no me hubiese inspirado, para montar, ¨ Los bosques de Nyx.
Canto II
Mi primera vez
La primera vez que tuve contacto con la tragedia griega tendría unos nueve años. En un cine de barrio llamado El Tirso, presentaban ¨Electra¨, no sé si dirigida por Kacoyanis, pero si actuada por Irene Papas. Nunca podré olvidar a esa mujer, una encarnación de la tragedia griega. No puedo olvidar sus ojos, los ojos de la tragedia, diciendo en un griego que le salía de las tripas, los versos de la obra. Desde entonces la tragedia dejó en mi corazón el tatuaje del teatro, ese tatuaje indeleble, hasta el fin de mis días.
Por eso este libro se inicia con el dibujo de unos ojos de la tragedia griega, los ojos cual espejos de tu dolor.
Canto III
La guerra
De sus gargantas llenas de polvo surgieron las flores blancas. Ojalá la sangre no hubiese ni manchado los muros de los templos sagrados, ojalá el valle de las manos crispadas y de los caballos muertos, no hubiese existido, jamás. Ojalá que nunca las llagas hubiesen crecido por doquier, ni la pólvora ni los rayos atómicos, ni los virus, ni las armas de destrucción masiva.
¿La guerra, lo animal, lo primitivo, el abuso del poder, está inmerso en nosotros? Ojalá lo podamos arrancar, ojalá pronto encuentren en nuestros corazones, el gen de la guerra y nos lo arranquen para siempre. Para poder llamarnos civilizados. Repudio total a la guerra.
Pronto en los campos surjan las flores, que canten, que canten, el canto de la esperanza, el canto de la vida. Ese canto con que las madres, puedan arrullar a sus hijos, dándoles el pan de cada día.
Y surgieran en el campo las flores rojas, que nos recordarán, que su color es por la sangre de nuestros muertos, pero las flores cantarán hasta reventar y cada gota de su color marcará nuestros dedos, para que no olvidemos nunca…
Luis Carlos Vásquez
Director.
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Hola Maestro!!
Que bueno que lograste crear tu blog!!
Ya accedí como seguidora!! =OD
Me parece muy bonito y llamativo... y esos cantos, al igual que la primera vez que nos los leiste me hacen estremecer!!
Karla